En los últimos años estamos asistiendo a un nuevo fenómeno relacionado con el fin de las vacaciones, llamado síndrome post vacacional.
¿Que es el síndrome post vocacional?
Se trata de un estado de malestar general con síntomas físicos y psíquicos ,que afecta a algunas personas y está relacionado con los primeros días de incorporación al trabajo, luego de un período de vacaciones.
Las vacaciones son un merecido premio al esfuerzo realizado durante el año y es una época en que las preocupaciones y las responsabilidades laborales desaparecen y nos permite disfrutar de forma plena de nuestro tiempo.
Tenemos más espacios para dedicarlo a la amigos, estamos con nuestra familia y disponemos de más momentos relajados y de diversión.
La vuelta a la rutina, a las mismas personas, nos cuesta esfuerzo y nos hace sentir mal.
El recuerdo de las vacaciones produce nostalgia y nos incita a resistirnos a la vuelta al trabajo y a las responsabilidades cotidianas.
Las manifestaciones físicas más comunes suelen ser: cansancio, fatiga, falta de apetito, trastornos estomacales, insomnio, somnolencia, taquicardias, dolores musculares, entre otros.
Además, algunas personas sufren también trastornos psíquicos como: falta de interés, irritabilidad, tristeza e indiferencia.
El no poder centrarse en el trabajo lo hace sentirse fuera de lugar.
Si sentís que tenes alguno de estos malestares, no debes preocuparte ya que, seguramente en unos días, estas sensaciones y el malestar habrán desaparecido.
Recomendaciones ante el síntoma post vacacional
Si estas sensaciones persisten y se extienden un poco más o querés resolverlos desde el inicio, aquí van algunas recomendaciones:
Actitud positiva
Adopta una actitud positiva evitando “recrear” excesivamente la incomodidad de los primeros días de incorporación al trabajo. Evita asumir una actitud de queja permanente y centrarte de manera repetida en las molestias.
Planificá y organizá la primera semana de trabajo.
Aunque ésta debe es una rutina habitual en tu vida laboral, al volver al trabajo, hacelo con especial atención. Esto te permitirá tener una visión global de los temas que habías dejado, para retomarlos y facilitará la organización de tu agenda. Priorizá aquellas tareas que normalmente preferís realizar.
Evitá las quejas y el mal humor.
Valorá lo bueno que te aporta el trabajo y centrate en los temas que más te gustan. Seguro que hay ocupaciones que haces muy bien, te resultan más fáciles o te divierten más. Pensá que tenes que cumplir con tu trabajo y es mejor hacerlo de forma entusiasta, que centrado en la queja.
Cuidá tu cuerpo
Es probable que te hayas excedido en tu alimentación. Es un buen momento para retomar tu dieta e incorporar alimentos que mejoren el estado físico. Alimentos como las frutas, las verduras y las ensaladas aportarán vitalidad y energía, además de ayudar a tu organismo a depurarse y equilibrarse.
Hacé un poco de ejercicio físico
No te quedes en casa cuando vuelvas del trabajo. Podés ir al gimnasio o iniciar la rutina de salir a caminar, que es una buena opción. Mejorar el tono muscular y oxigenar el cuerpo te ayudará a sentirte mejor, física y psíquicamente.
Buscá momentos para relajarte y recrear tu mente
Tener la vitalidad y la energía necesaria para las tareas diarias, puede lograrse si tenés la mente lúcida. Visualizá situaciones o hechos que te hacen sentir bien, encontrá cinco minutos para meditar y hacer descansar la mente. Te ayudará a descargar la tensión del día y es una magnífica forma de reconstituirte.
Realizá actividades que te gusten y te diviertan.
Pensá que aquellas que realizás por placer, te permitirán desconectar de tus obligaciones y responsabilidades diarias. Retomá tu hobbie, esto te ayudará a disminuir el estrés, ya que requiere que te concentres en algo que te gusta.
Sonreí!!!
La sonrisa diaria te ofrecerá magníficas posibilidades y te hará sentir mejor.
Cuando te dirijas a otra persona tendrás mejores resultados si lo haces con una sonrisa, que si te presentas con una actitud negativa o triste.
En resumen
La idea es que te sientas mejor y que todos te vean como un buen profesional y tengan ganas de colaborar y trabajar con vos. Debemos tener claro que si el síndrome no desaparece transcurridos los primeros 7 a 10 días ya no podemos hablar de un síndrome post vacacional.
Si esta situación se prolonga, deberás consultar a un médico pues podríamos estar ante un problema de otra naturaleza, que requiera una atención diferente.